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Socios de Honor
FRANCISCO HERRERA RUIZ, tradiciones populares
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FRANCISCO HERRERA RUIZ

Socio de Honor de SAUDAR

 

 

Ildefonso Alcalá Moreno

Presidente de SAUDAR

 

            El pasado 6 de mayo fallecía en su casa de la calle Ramón y Cajal, nuestro entrañable “Socio de Honor de SAUDAR” Francisco Herrera Ruiz y Vicepresidente que fue de SAUDAR, al que todos llamábamos cariñosamente Francisco “El Fraile”, porque en su juventud vistió los hábitos de la Orden Franciscana, siguiendo su vinculación con la Orden Tercera Seglar de San Francisco de Jaén. Tras una decadencia física propia de sus más de 90 años y tras una larga estancia de meses en hospitales de la capital, regresó a su Jódar y a su casa para descansar, haciéndolo definitivamente, casualidades de la vida, el mismo día que el Cristo de la Misericordia pasaría por su esquina, donde había instalada una cruz de mayo, la de la Expiración, y el mismo “día de la madre”, expirando rodeado de sus muchos amigos y familia.

            Si algo distinguió a Francisco en vida, fue su amabilidad con los demás, su ejercicio de la caridad silenciosa, de eso que se dice que “no se entere tu mano derecha lo que haga tu mano izquierda”, poeta de lo popular impregnado siempre de su aire religioso, de sus recuerdos de una vida azarosa, plagada de muchos amigos, que siempre buscaba para hacer un bien a cualquier Galduriense que los pudiese necesitar para algún trabajo o empresa...

            Hasta el final de sus vida bajó andando a su huerta del camino de Los Picones, pues era hortelano e insigne floricultor, huerta llamada por él “Quinta de San Antonio”, que parecía más la prolongación de algún convento, porque la tenía perfectamente decorada de simbología religiosa, esa huerta fue su refugio humano y espiritual, su paraíso..., y por ella bajó en el último viaje... Otro lugar era su casa de la calle del horno, la calle Ramón y Cajal, verdadero “santuario” a sus devociones marianas, presidiendo la fachada la Virgen de Cuadros y el Cristo de la Misericordia, sus dos grandes devociones. El interior de su casa era un museo, donde cientos de cuadros religiosas, Imaginería y artículos devocionales, iban componiéndose como un estudiado “puzzle” sobre las blancas paredes y el más cuidado patio de Jódar, adornado con retablos cerámicos.

            Francisco, muy querido en Lucena, porque allí desarrolló su vocación religiosa, continuó con el paso de los años manteniendo su amistad con aquellos paisanos de la Virgen de Araceli, y me consta, porque allí tengo buenos amigos, que lo primero que me dijeron al conocerlos y decir que era de Jódar, es su referencia a Francisco y sus escritos. Los escritos de Francisco están publicados en infinidad de revistas y publicaciones, sus poesías hilvanadas de gran sabor popular, hacían las delicias de quienes las leían o las oían recitar de su propia boca. Fue presidente de Acción Católica de Jódar y miembro de varias Cofradías y Hermandades como La Columna, de donde era “Cofrade de Honor”, de La Expiración, su Divina Pastora, del Santo Entierro y de San Isidro entre otras, y como no, de la patronal del Cristo de la Misericordia, así como de la Adoración Nocturna. Fue el último Hermano Mayor de la Hermandad de las Ánimas, y quizás el último cofrade de tan antigua Hermandad, siempre se sentaba en el último banco de la Iglesia de La Asunción, junto a la Capilla de Ánimas.

            Francisco era el segundo hermano más antiguo de la Hermandad de la Virgen de Cuadros, de donde fue Hermano Mayor en varias ocasiones, profesando una comprometida devoción hacia esta Virgen. La noche de su velatorio el actual Hermano Mayor de la Hermandad, Juan José y el amigo Horacio trajeron desde Bedmar la bandera blanca de la Virgen que la pusieron como sudario sobre su cuerpo.

Su compromiso social y con la naturaleza se traducía en la ayuda diaria a los demás, de una manera callada, solucionando “papeletas” como él decía, colaboró intensamente con el Párroco Don Antonio Cuadros en sus compromiso diario con los más necesitados, estando ilusionado por la promoción de la residencia de ancianos que se quería construir en el actual Centro Parroquial de La Asunción, o cuando se creó la Asamblea Local de la Cruz Roja Española. Su intención final, así me lo manifestó, era poner las bases para que en Jódar se desarrollase una gran obra social, no sabemos si al final lo consiguió...

            En 1991 SAUDAR lo nombró “Socio de Honor” por ser el verdadero promotor de muchas tradiciones y costumbres que se estaban perdiendo, animando a la gente joven a implicarse en el mantenimiento y realce de las mismas, sintiéndose un joven más entre ellos... Todos recordamos sus impresionantes altares de cruces de mayo en la calle Ramón y Cajal, sus altares para el día del Corpus, las primorosas coronas de flores que realizaba artesanalmente en la víspera de Todos los Santos, y siempre con una amplia sonrisa... ayudó a reorganizar la Cofradía de La Columna o La Expiración, abriendo muchas puertas para los jóvenes de estas hermandades, implicándolos en su participación en la Romería de San Isidro, donde llevaba sus propias insignias.

            Descanse en paz un hombre que fue haciendo el bien a todos sin distinción. Y desde SAUDAR un ruego, que no se pierdan todos sus escritos y recuerdos...

            Quiero finalizar con la parte de una poesía que dedicó al Cristo de la Misericordia en el año 1980 y que decía:

 

Cuando paseas nuestras calles

de cerca te miraremos

te cubriremos de flores

y contigo nos iremos...



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