SEBASTIÁN HIDALGO LÓPEZ

“Socio de Honor”, nos habla de su vida…

            En cuanto a mi biografía no es gran cosa, puesto que he querido pasar siempre con discreción. Con la mayor brevedad y sencillez hago historia. Nací en nuestro pueblo Jódar en el 1929, de familia numerosa, me gustaba y me sigue gustando el oficio de la madera, y me incorporé en 1942, con el buen maestro, Blas Mengibar Martínez que en paz descanse, padre del buen amigo Pedro. Cuando tenía 19 años murió mi padre y tuve que meter el “hombro” todo lo que me fue posible puesto que era de los mayores de esa familia numerosa e intercalando con el mío, el oficio de mi padre que fue carnicero; Por entonces tuve la ocasión de darme a conocer con mi oficio de ebanistería, gracias a la Sra. Ángeles Alados que en paz descanse, que me encargó que le hiciera un dormitorio de valor. Después de esto, me fui a la mili, y una vez licenciado, me instalé en un pequeño taller casa de mi madre, recuerdo como anécdota que la primera máquina que compre, extendí las letras y dijo mi madre, hasta que veas la última pagada, algo te queda, pues mi hice de otra y otra...

            Cinco años más tarde me casé; me casé con una santa y buena mujer, Aurora Gámez Mesa. Tuvimos cinco hijos varones, de los que me encuentro muy orgulloso, de estos, tengo siete nietos que son una maravilla.

            Ahora trabajando como “hobby” y me siento muy feliz, y sobre todo, cuando tuve la visita breve del Obispo, D. Santiago García Aracil, me felicitó, fue para mi un honor, en mi taller actual.

            A lo largo de mi andadura puedo decir que he tenido aciertos y también errores, entre otros, que en el matrimonio no hemos disfrutado ni unas solas vacaciones.