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Moriscos, judios y cristianos nuevos en Jódar. Entre la convivencia y la marginación social. Ildefonso Alcalá Moreno

Los marginados. IV centenario de la expulsión de los moriscos, 1609-2009

V JORNADAS DE PATRIMONIO DOCUMENTAL E HISTORIA. 14 noviembre 2008

 

MORISCOS, JUDÍOS Y CRISTIANOS NUEVOS EN JÓDAR. Entre la convivencia y la marginación social.

 

Ildefonso Alcalá Moreno

Cronista Oficial de Jódar

 

 

Cuando las cosas van mal, siempre hay que buscar un culpable, y por lo general la historia nos ha dicho, que han sido las clases marginales las que han sufrido las iras de los poderes políticos y religiosos con el fin de aplacar al pueblo y exculparse de sus propias acciones. Esto le ocurrió al numeroso grupo de los llamados moriscos y judíos, que quedaron en tierras castellanas tras el avance del reino de Castilla, que acabó por conquistar el reino nazarí de Granada en 1492, lo que dio paso a unas nuevas reglas de convivencia, donde algunos sectores de la Iglesia acentuaron esa diferencia, provocando, ante el destierro o la esclavitud, conversiones masivas, apareciendo una nueva denominación social, la de cristiano nuevo. Las continuas revueltas de moriscos granadinos, el excesivo poder económico de los judíos, y la penuria económica, dieron lugar a una cultura poco cristiana, que les enfrentó al propio Papa, la cual produjo el escarnio de estas clases sociales con deportaciones masivas y expedientes de limpieza de sangre, de descendientes de conversos, para aspirar a cargos sociales, así como los juicios sumarísimos propiciados desde la política del miedo que el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición instauró en aquella sociedad.

Durante la época islámica Jódar, fue testigo de estas marginaciones sociales, sólo que en este caso fueron los cristianos los que las sufrieron. La presencia mozárabe en Jódar queda demostrada por la existencia de una inscripción, proveniente del castillo, y adosada junto a la otra famosa inscripción ibero-latina en el muro exterior de la Capilla de San José en la Iglesia de La Asunción, la misma dice: [In er]a DC. LVI profe|tavit Machome|tus pseudopr|ofeta in t(em)p(o)re Si|sebuti regis To|letani (En el año 656 el profeta Mahoma pseudoprofeta en tiempos del rey de Toledo Sisebuto). Está escrita con letras mayúsculas propias del siglo XI y descubre un monumento labrado por los mozárabes de Jódar, y tomado quizá del Apologético de San Eulogio[1]. San Eulogio se hallaba en San Salvador de Leire, hacia el año 848, cuando tomó de un códice de aquel monasterio celebérrimo la noticia que vemos grabada en el monumento de Jódar. La población muladí, mozárabe y judía, residió mayoritariamente en Jódar, donde alcanzó protagonismo con las revueltas del año 889, convirtiéndose Jódar en capital política y militar de los rebeldes muladíes, los “encastillados”.

 

LOS MORISCOS TRAS LA CONQUISTA CASTELLANA Y EL PAGO DE DIEZMOS.

Existe discrepancia en los diversos historiadores sobre la fecha de la conquista castellana de Jódar, es normal en tierra fronteriza, y no es extraño que hasta la conquista definitiva de la ciudad de Úbeda en 1234, nuestra ciudad fluctuase en cuanto a sus poseedores. Actualmente se cree como más acertada la fecha de 1227 o 1229, deducida de la Primera Crónica General[2].

El rey, como tenía obligación, se quedó encargado del abastecimiento del castillo y Villa, dicen las crónicas: “…et basteçiolas de las cosas que eran mester et omnes de armas…”[3], aunque posteriormente fue el concejo de Baeza el que también contribuía, por estos años en Jódar no se intentó una repoblación castellana, sólo la habitó una guarnición militar.

Con la nueva situación política nuestra ciudad recobra la importancia de la época islámica, al convertirse en el principal bastión cristiano junto a la frontera granadina, lo que la hace ser merecedora de franquicias y privilegios reales, conseguidos por su señor Sancho Martínez de Xodar, que logra crear uno de los principales señoríos laicos de la región, que quedará desmoronado por las codicias episcopales y, sobre todo, las poderosas ciudades de Baeza y Úbeda[4], desapareciendo toda esa alianza de convivencia entre Sancho Martínez y los andalusíes de la zona, llena de pactos de no agresión y vasallaje personal, con contrapartidas en diezmos.

El paso del Jandulilla lo controlaba Sancho Martínez de Xodar. Las disputas por el control territorial llegaron hasta el obispo de Baeza, Fray Domingo, y el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, que en la organización de la diócesis baezana se disputaban para su mitra Jódar y Garcíez, finalmente gracias a la mediación de otros prelados el 27 de mayo de 1243 queda unido Jódar[5], definitivamente a la sede baezana; para dotar a la sede de rentas y bienes el 12 de septiembre de 1234 el rey hace donación de la “deciman salinarum de Xodar et de Garçiez”, por lo que conocemos de la existencia de estas explotaciones y de la seguridad del territorio[6].

En 1244[7] Sancho Martínez dirigió una incursión en la que conquistó Cabra, de la mano del Infante Alfonso de Molina, hermano de Fernando III, y con la ayuda de los concejos de Úbeda, Baeza y Quesada, llegando hasta Granada, talando los campos, hasta que llegó el rey procedente de Córdoba.

Vemos pues que en el siglo XIII, se había formado en torno a Jódar uno de los principales Señoríos laicos en la persona de Sancho Martínez, iniciando la expansión de su Señorío hacia el Sur, logrando someter los castillos de Chincóyar y Ablir y los poblados de Solera, Polera, Gris, Alló y Ogáyar, dominando buena parte del Jandulilla, así como Albanchez, Bedmar y Jimena, pero estas iniciales posesiones iban a durar poco. Baeza temerosa del crecimiento territorial de Señorío de Jódar, consigue del Rey el 6 de abril de 1243 que se le cediesen los castillos de Chincóyar y Ablir, tras el fallecimiento de Sancho Martínez, con esta concesión y otras, recuperó el poder sobre el paso del Jandulilla, rodeando el Señorío de Jódar por tierras de la ciudad de Baeza. 

El creciente poder político y económico de Sancho Martínez de Xodar le permitió un control exhaustivo de todo el Norte de la actual comarca de Sierra Mágina, a mediados de siglo era el primer Adelantado Mayor de la Frontera. Nuevamente iban a ser reestructurados los términos, así el rey Alfonso X adjudica el 20 de febrero de 1264 a la ciudad de Úbeda, ausente hasta entonces en el valle del Jandulilla, el castillo de Recena junto al río Bedmar, cerca de Garcíez, así como las aldeas de Cabra y Santisteban -cerca de Jimena- el 25 de mayo de 1254. Sancho Martínez que había visto mermada su extensión señorial, con la pérdida de Chincoya, Ablir (que materialmente nunca pasaron a Baeza pues fueron destruidos junto con las aldeas en la razzia de Abu Yusuf) y Cuadros (donado en 1260 al obispo de Jaén), consigue compensar éstas con la donación del rey Alfonso X en 1269 del castillo de Garcíez y su heredamiento comprados al concejo de Baeza, que se resistió, siendo conminados a su entrega en 1273.

La necesidad de proteger este enclave estratégico hace que Sancho Martínez de Xodar, refuerce el castillo, sin que tengamos pruebas documentales, emprendiendo una gran reforma del mismo, sede principal de la Frontera, para ello debió de reforzar las viejas murallas de tapial almohades, con sillarejo y la construcción de una fuerte torre del homenaje, que creemos debió ser la Sur, la que en el siglo XVIII, se llamó Torre Vieja, y que los historiadores corroboran por sus materiales.

La política de la Frontera, y la intensidad de la convivencia, hacen que en 1265 se constituyan en Hermandad los concejos de Córdoba, Jaén, Baeza, Úbeda, Andújar, Santisteban, Quesada y Cazorla y los señores Día Sánchez de Funes y Sancho Martínez de Xodar, quedando suscrito tal documento el 26 de abril en Andújar.[8]

Por estos años Jódar, Bedmar, Pegalajar y La Guardia son las principales plazas castellanas frente al reino de Granada, siendo un territorio influido y condicionado, en sus actividades económicas, por la existencia de la Frontera, lo cual marcará su devenir histórico, con un descenso brusco en la agricultura, una creciente economía ganadera asentada en la zona de las Dehesas del Guadalquivir y un mercadeo entre ambas zonas fronterizas.

 

La expulsión de los moriscos en 1264 y el Fuero de Jódar.

Con la llegada de Alfonso X el Sabio, sus aspiraciones políticas y las cargas que impuso para conseguir dinero para sus necesidades, unido a la política de Ben Alhamar, deseoso de reconquistar los territorios antes perdidos, dieron lugar a partir de 1261 a una sublevación casi general de todos los moriscos que habían quedado en Andalucía sometidos al poder castellano. Muchas poblaciones se perdieron, la historia no dice que lo hiciese Xodar, pero es indudable que su situación debió de ser difícil. El rey ordenó en 1264 la expulsión de los moriscos que habían quedado, "vaciar de moriscos Andalucía", en palabras de un conocido historiador. Casi despobladas debieron quedar muchas poblaciones, no sólo por la marcha de los mudéjares, sino también por la vuelta de algunos castellanos a sus lugares en vistas del peligro. Hay que pensar que pocos más de los que guarnecían el Castillo se quedarían en Xodar[9].

Era preciso repoblar, atraer gentes, que apoyasen a las guarniciones y por ello a partir del año 1270 se dan por el rey Alfonso fueros y libertades a las poblaciones de la Frontera. En 1271 concede el Fuero de Córdoba a Lorca, con el privilegio de que había de llamarse Fuero de Lorca. Un año más tarde, en 1272, concede  a Xodar el antedicho  fuero y con él poderse titular villa.

En la obra de Jean Roudil[10] sobre el fuero de Baeza, cita en un mapa que Jódar y Bedmar también poseían el Fuero de Cuenca, sin citar más datos. Lo que sí está documentado es que en 1272 el rey Alfonso X concede a Jódar el titulo de Villa Leal y el Fuero de Lorca, con este Privilegio ampliado después por sus sucesores y confirmado por todos los reyes de Castilla y de España hasta Carlos IV, se dotaba a los vecinos de una serie de ventajas en impuestos, comercio y residencia con el fin de aumentar la demografía castellana en la frontera, consolidando las poblaciones de la misma con población afín. La existencia de murallas en el siglo XIII queda documentado por el llamado “Fuero de Jódar”[11], que obligaba a los vecinos o infractores a pagar ciertos impuestos para el sostenimiento “en las labores de los muros e de las torres del alcázar e de la dicha villa de Xodar”. Extraña a muchos historiadores[12] la aplicación del Fuero de Lorca a Jódar, teniendo concedido el de Cuenca, apuntan a que debe ser que se “retrasase la organización del concejo, hubiese vacilaciones y, en definitiva, no vigiese el fuero de Cuenca, pues parece inexplicable que, teniéndolo consignado, sus vecinos gestionasen de Alfonso X las franquicias que en su fuero tenía Lorca…”.

Para Quesada Quesada, posiblemente pasaron a formar parte de los dominios de Sancho Martínez las villas de Jimena y Albanchez, donde tenía intereses económicos, pero con la muerte de éste entre 1274 a 1276 sus dominios se repartieron entre sus dos hijos: Sancho Sánchez se quedaría con Bedmar y Sancho Pérez con Jódar, que tuvo una hija: Juana Rodríguez de Xodar la cual casó con Garci Méndez de Sotomayor, pasando así Jódar a esta familia cordobesa. Otras crónicas afirman que Juana Rodríguez fue la única hija de Sancho Martínez, del que decían algunas genealogías que era de la casa y linaje de Leyva, y casado con Berenguela de Cabrera[13]. Con la disgregación del Señorío, Jódar pierde parte de su territorio, quedando relegado al que hoy conocemos, más o menos, pues la codiciosa presencia de ciudades poderosas como Úbeda y Baeza o la Orden de Santiago en Bedmar, iban a trastocar, de nuevo, los límites futuros y la ya decadente influencia política de Jódar.

 

Los moriscos de Jódar y su comarca.

El Cronista Mesa[14], dijo que tras la conquista castellana de Jódar, quedaron en ella bastantes moriscos. “La sublevación de estos en toda Andalucía en los años 1262 y 1264 dio lugar a que Alfonso X el Sabio los expulsase, muchas poblaciones quedaron casi despobladas, por lo que fue necesario conceder exenciones y privilegios para atraer nuevos pobladores”. Mientras tanto, la población mudéjar que quedó es obligada a abandonar los recintos fortificados[15], agrupándose en alquerías como las existentes en el “barranco de la arena” de Jódar o en el Cerro de la Atalaya en Los Pinares. La cerámica encontrada es de finales del siglo X o comienzos del XI hasta el siglo XIII. A pesar de la conquista castellana siguió residiendo en Jódar[16] población musulmana, sometida al sistema impositivo cristiano, estos mudéjares, sufrieron la disgregación demográfica a partir de los acontecimientos de 1264, con éxodo casi total. Dicen las crónicas que[17]: “…mataron innumerables miles de cristianos y cautivaron otro tanto de mujeres y niños…. Y los moros de los benimerines se llenaron de botín…”.

En efecto Sancho Martínez de Xodar otorgó en 1255 al Obispo de Jaén don Pascual: “el diezmo del almoxerifatgo[18] de Xodar et el diezmo de los moros[19] de Xodar et de Garçiez et de Xemena”[20]. Estos musulmanes expulsados del recinto fortificado vivirían en las mencionadas alquerías del Barranco de la Arena, cuyos restos arqueológicos se han encontrado, aún pendientes de estudios[21]. Este diezmo se refería “a todas las mercancías que entraban y salían del reino de Granada tierra de moros”, dice el profesor Torres Delgado. Este comercio se realizaba siempre en tiempo de paz, y una de las más importantes cláusulas de los distintos tratados de paz firmados entre Castilla y Granada señalaban “que los mercaderes de Castilla, judíos y moros podrán entrar y comerciar, libres y seguros en tierra de Granada pagando los derechos acostumbrados”.

En 1275 con la entrada de los Benimerines se perdieron varios castillos cercanos como el de Chincoyar, Neblír o Bélmez, sin duda por la muerte de Sancho Martínez de Xodar que se fija a finales de 1274 o comienzos de 1275, falleciendo con unos 70 años de edad[22]. En efecto en 1276 el castillo de Chincoyar fue donado por Alfonso X a don Bretón[23].

Desde finales del siglo XIII y hasta comienzos del XV el Señorío perteneció a los Sotomayor, reconstruyéndose y fortificándose el Castillo.  Antes, en 1303 había logrado resistir el virulento ataque del rey Mohamed de Granada que hace perder el cercano castillo de Bedmar, Garciez, Cuadros, Quesada… quedando destruidas las alquerías del valle del Jandulilla, que ya no vuelven a reconstruirse perdiéndose en el tiempo, obligando a los moriscos a refugiarse en los cercanos castillos nazaríes de Bélmez, Solera y Huelma.

En el reinado de Enrique III, se mandó mudar del control del cabildo cordobés este diezmo de lo morisco, dice el documento[24]: “mudar e traspasar la cogecha e recaudanga de la dicha renta de los ganados e otras mercadurias a la mi villa de Alcalá la Real e a Xódar, lugares del obispado de Jahen e a otros diuersos lugares”.

En 1465[25] se firma una escritura de donación de los diezmos de los moriscos del obispo de Jaén, otorgada por Pedro Girón, maestre de la Orden de Calatrava, a favor de Día Sánchez de Carvajal, regidor de Baeza, después I señor de Jódar y otra escritura[26] otorgada por Alonso Téllez-Girón, I conde de Ureña, por la que aprueba la donación del portazgo y almojarifazgo de Jaén y del diezmo de los moriscos del obispado de Jaén, las rentas del puerto de Quesada y otros bienes, hecha por Pedro Girón, maestre de Calatrava, a Día Sánchez de Carvajal, I señor de Jódar.

 

EL MAESTRO DE OBRAS HAMETE DE JAHEN Y EL CASTILLO DE JÓDAR.

Por la documentación conservada en la Colección de Luis de Salazar y Castro[27], depositada en la Real Academia en la Historia de Madrid, conocemos que había una “inscripción puesta en la puerta del castillo de Jódar[28], que dice fue fabricado por Garci Méndez de Sotomayor y empezada su construcción en la era de MCCCLXVI, (año 1328)”. En el citado documento siguen noticias de los diversos poseedores del castillo y villa.

En efecto, hemos tenido acceso a la mencionada inscripción, que da como nombre a un constructor o maestro de obras musulmán, llamado Hamete de Jahén, que era hijo del también constructor Maestre Halco Afpo, o Halco Afpo, por lo que tenemos a una saga familiar, creemos musulmana, dedicada a la construcción, quizás también no sólo del castillo de Jódar, sino  la de los castillos de Morente y la torre y castillo de Recena. Este señor consta que también construyó la torre del castillo de El Carpio, documentada con otra inscripción epigráfica que dice la hizo el maestro Mohamad. Lo que también queda claro es que el obrero u oficial que los ayudaba era siempre cristiano, en el caso de Jódar se llamaba Francisco Yañez de Montoro.

Por el apellido del maestro que hizo la torre y castillo de Jódar, creemos que era oriundo de la ciudad de Jaén, como su padre, y refuerza las tesis de constructores no cristianos en edificios castellanos, hasta bien entrado el siglo XV. La inscripción del castillo Galduriense decía:

“EN EL NOMBRE DE DIOS Y S. MARÍA, ESTE CASTILLO Y VILLA SE COMENÇO AL LABRAR EN LA ERA DE M. CCC. LXVI AÑOS. HIÇOLO GARCI MELENDEZ FIJO DE ALONSO GARZIA DE SOTOMAIOR, EL QUE HIZO LA TORRE Y CASTILLO DEL CARPIO, Y LA TORRE, Y CASTILLO DE MORENTE, Y LA TORRE Y CASTILLO DE REZENA, Y ACAB EL CASTILLO DE XODAR, Y FUE EL MAESTRO QUE FIZO ESTA TORRE MAESTRE HAMETE DE JAHEN, FIJO DE MAESTRE HALCO AFPO. Y FUE OBRERO DESTA TORRE FRA YAÑEZ DE MONTORO. ESTE CASTILLO, Y ESTA VILLA, Y ESTA TORRE SE LABRO EN EL TPO QUE REINAVA EL MUU NOBLE REY DON ALFONSO FIJO DEL MUI NOBLE REY D. FERRANDO, NIETO DEL REY D. SANCHO, REINANTES EN CASTILLA Y LEON.

+ XPTUS +VINCIT+. XPTUS REGNAT+. +XPTUS IMPERAT+.”.

Como vemos, la inscripción es un documento de primera mano, sobre nuestra fortaleza, la misma da valiosos datos, como la fecha de construcción, en la era hispánica de 1366, que corresponde al año 1328 actual. Cuenta que el impulsor de estas obras fue Garci Meléndez, hijo de Alonso García de Sotomayor, es decir el marido de Juana Rodríguez de Xodar. Nos reafirma en la  observación de denominarlo “el constructor de castillos”, ya que se ufana de ello en la citada lápida, diciendo que construyó los castillos y torres de Morente y Recena y en otra lápida el del Carpio. Esta torre del castillo de Jódar, conservaba restos de decoración mudéjar, hasta las reformas de 1977.

 

MIGRACIONES CASTELLANAS, MUSULMANAS Y JUDÍAS. UN VIAJE DE IDA SIN VUELTA.

La expulsión de los judíos por los llamados Reyes Católicos en 1492 dejó solos a los conversos como punto de mira de la Inquisición, que fue creada en Castilla en 1478 y puesta en marcha en 1480, sobre los que procedió con gran brutalidad. Sin embargo, pronto pusieron su interés también en otra minoría: los moriscos.

Encontramos la referencia en el Libro de Hábices de Granada de 1505, de cómo tenía tienda en el Albaicín granadino un comerciante al que apodaban el “Jodarí” o “Judurí”, que además tenía posesiones rurales[29].

La sublevación morisca valenciana de 1525, debió de hacerse notar en nuestra ciudad, mediante la Cédula Real del 4 de abril de ese año, sabemos que en el vecino pueblo de Jimena[30] se contaron todos los cristianos nuevos que residían en esa Villa que eran sesenta y ocho, los cuales moraban en las casas y cuevas del arrabal de Andarax, fuera de la Puerta del Campo o de Jaén, pudiendo llevar como vestido su ropa tradicional, y que algunos portasen armas blancas, y pudiesen poseer tierras.

Cuando se mencionan las calles de la población en el siglo XVI, se dice que una extrema del arrabal se llamaba Barrionuevo. En efecto, fuera de la muralla se construyó a finales del siglo XVI la calle Barrionuevo, que pudo ser un arrabal judío[31], junto al ejido y Ermita de San Marcos, que tenía un calvario rodeado de viñas, se constata en diversa documentación que este nombre era el dado a diversas juderías. Los moriscos eran siempre mirados con recelo, habitaban cortijadas del término, o si lo hacían en la entonces Villa, era en un extremo del arrabal de Andaraje, quizás en cuevas excavadas en el llamado Barranco hondo o barrancondo. Cualquier calamidad era achacada a los mismos. A pesar de convertirse al cristianismo, se les acusaba en la mayoría de los casos de ser los provocadores de epidemias, hambres, o sequías. Decía el Cronista Mesa que[32]: “En las cuevas vivían los judíos y moriscos, pues no se les permitía vivir en casas, a pesar de ser adinerados. En la población residen en la actualidad dos o tres familias descendientes de moriscos”.

Para diferenciar a los vecinos de ascendencia morisca del descendiente de cristianos, se utilizaba la terminología de cristiano nuevo para el primero y cristiano viejo para el segundo, o simplemente para éste nada se mencionaba, muchas veces se les añadía a estos moriscos el apelativo de “gitanos”.  

 

La deportación de los moriscos Galdurienses.

El 20 de enero de 1569 se conoce la rebelión de los moriscos granadinos por una carta que debió de llegar al concejo procedente de Baeza, como se hizo en Jimena[33]. La misma decía: “…de tenerse por cierto el levantamiento de los moros granadinos y como convendría que estos pueblos se hallasen alertados y prestos a la defensa…”, daba normas para que los caballeros se presentasen con sus armas y caballos, y se formasen partidas de voluntarios, nombrándose un capitán entre los caballeros el cual llevaría la bandera del concejo, poniendo escuchas en los lugares más elevados de las sierras, consistiendo la aportación de nuestra ciudad en gente, al mando de su Señor y la compra de armas para los mismos, comenzando los atropellos al paso de compañías de soldados hacia Granada, quejándose los concejos de éstas, dejando pósitos y arcas municipales extenuados, por los continuos bagajes, a los que había que añadir las pérdidas humanas, quedando paralizada la vida agrícola y económica de los pueblos, situación que se agravó con el paso de más de 400 moriscos que iban camino de Baeza, ya cautivos, en 1571 a los que había que atender.

En 1572, se conoce de la existencia de normas de expulsión de los moriscos de Torres, Jimena, Jódar, Bedmar, Garcíez, Albanchez, Canena y Sabiote, así como de otros lugares del reino de Jaén, siendo distribuidos por la Península[34]. En efecto el rey Felipe II comisiona al capitán Francisco de Arteaga, una nueva deportación de moriscos en nuestra provincia, por Provisión Real del 14 de marzo de 1572, en la que se decía[35]: “…havemos acordado que los que están al presente en las Villas de Torres, Canena, Jimena, Jódar, Bedmar, Garcíez y Albanchez, así hombres como mujeres y niños se saquen todos sin quedar ninguno y se traygan a la Villa de Valladolid…”. La autorización daba facultad al capitán para nombrar alguaciles, para garantizar el orden, insistiendo la Provisión en dar buen trato a los moriscos, alimentándolos con pan cocido y otros alimentos, si tuviesen los moriscos dinero, si fuesen pobres las costas serían pagadas por los pueblos por donde pasasen, aprovisionándolos de carros y bestias para trasladar sus enseres personales y a las mujeres, niños, ancianos y enfermos. La benevolencia cambia en la Carta Real de Comisión del 14 de marzo de ese año[36], con forma de Cédula Real, en la que se suprime el trato benevolente a mujeres, niños, enfermos y ancianos, que queda suprimido, así como que los sospechosos fuesen atados, ordenando el rey que se sacasen los moriscos de todas esas villas, incluida Jódar, excepto los que fuesen esclavos, preparando todo con gran sigilo para evitar las huidas a las sierras de éstos, debiendo pernoctar la comitiva hasta Valladolid en las iglesias o lugares designados por el Concejo, en Jódar creemos que debió ser el Hospital de la Misericordia, refugio de pobres transeúntes, junto a la Ermita de Santa Isabel.

La expedición la formaban 30 hombres, de los que 10 irían a caballo, formando escuadras mandadas por un cabo, debiendo los concejos nombrar guardas de su demarcación hasta que abandonasen el término jurisdiccional, dándoles a los moriscos normas de comportamiento respetando sus vínculos familiares, dictándose un bando por que antes de darlo públicamente se cerrasen en la noche anterior las puertas de las villas y ciudades con guardias de a pie y a caballo, para así evitar se escapasen, debiendo concentrar a los moriscos en las casas del Concejo, hospitales, alhóndigas o en la Iglesia, limpiando los mismos, siendo sólo encerrados los revoltosos y no los que eran vecinos anteriores a la revuelta, estando todos retenidos cuatro días, pudiendo tener contacto con sus vecinos para poder disponer de sus bienes y vender sus tierras, informándoles de que su viaje sería a una tierra mejor.

Sin embargo, no todos serían deportados, muchos compraron su libertad al capitán con la entrega de bienes, o por parte de moriscos de pueblos por donde pasaban, aumentando sus caudales este pobre capitán, todavía en 1595 una Pragmática Real ordenaba realizar un censo de moriscos en el reino de Jaén.

Al parecer quedaron expulsados 97 moriscos[37] procedentes de Jódar, que se repartieron por España, también conocemos descendientes de musulmanes Galdurienses en Tetuán, que conservan el apellido Chaudar[38] y Sudurí[39]; conocemos también la presencia de judíos[40], sometidos a tributos e impuestos diferentes de mayor cuantía, que llevaban los apellidos Soudri o Soudry, que actualmente llevan familias judías originarias de Jódar y residentes en Marruecos y Argelia.

Conocemos igualmente, el nombre de dos moriscos Galdurienses, interrogados por la Inquisición: Cristóbal de Benavides, que en 1574-75 dijo[41]: “agora vernán los turcos y reinará mi secta”, comentario recogida en las actas este tribunal y García de Benavides, acusado de realizar prácticas de islamismo[42], teniendo también referencias[43] de “un moro huído de Jódar”. Todavía se conserva en Jódar un paraje denominado como “la fuente del judío”.

Su expulsión, en 1610, tras la Real Disposición de 22 de septiembre de1609, basada en el miedo hacia ellos, hizo que apenas quedaran, sólo algunos convertidos y los esclavos, que eran vigilados muy cerca por la población y las disposiciones reales y de concejos.

 

Consecuencias de las revueltas moriscas: La repoblación de Galdurienses en la Alpujarra granadina.

Las tensiones políticas del siglo XVI, contra la población musulmana, hizo que expulsada la misma, se comenzase una repoblación con castellanos en diversos pueblos de la Alpujarra granadina, en esas repoblaciones tenemos noticias de que intervinieron unos pocos Galdurienses, que abandonaban una villa carente de recursos ante la pérdida de privilegios de la Frontera, y el aumento de la presión fiscal señorial, buscando mejores tierras.

Mientras, la población de Jódar iba creciendo, así en 1578 tenía unos 500 vecinos, 300 más que en 1520[44], además el número de casas era de 600; a ello contribuyó el desarrollo de la agricultura sobre la ganadería, con la roturación de terrenos. Jódar durante aquella etapa de odio e intolerancia contra moriscos, judíos y cristianos nuevos, contribuyó a la repoblación granadina de pueblos como Aldeire[45] con 60 Galdurienses, Cástaras y Nieles[46] con un vecino llamado Juan Caballero al que se le dio una suerte de tierra en 1574, Dólar con uno[47] en 1576 y Gor con un Galduriense[48].

 

La expedición de moriscos dirigidos por el Bajá Yawdar o Sawdar.

Hace unos años la Universidad de Granada realizó un estudio sobre una expedición realizada al Sudán[49], curva del Níger, por un grupo de moriscos y renegados andaluces, allá por los años de 1591. Lo curioso de esa expedición fue la presencia, como jefe, de un descendiente de alguna familia morisca de Jódar: Pachá Yawdar, Yugar, Yuder[50], Sawdar o Jódar[51] (con todos estos nombre se le llama)[52], aunque parece ser, era originario de Cuevas de Almanzora y eunuco. Con estos nombres es conocido en la Crónica escrita por el jesuita Cristóbal de Santos que les acompañó. Renegados y moriscos habían huido en 1568 cuando Felipe II decretó su destierro, en un bajel de Sancho de Leiva que de Vélez Málaga se dirigía a La Gomera y llegaron a Marrakech donde se reunieron con otros exiliados del Reino de Granada que servían a Al-Mansur, Califa de Marruecos reuniendo 15.000 soldados. Después  de  cruzar  el  desierto los granadinos al mando de Yawdar-Sawdar Pachá llegaron a Tombuctú conquistando las tierras del Sudán, quedándose con el poder de la región después de 15 años[53].

Lo curioso es, que hasta el 1960 en que se independizó El Malí, la casta de estos andaluces, los Armas, descendientes de aquella expedición de Yawdar Pachá han sido los jefes indiscutibles de los poblados de la curva del Níger y que han conservado no sólo la tradición de sus antepasados, sino también algunos libros como el Nuevo Testamento y los Cuentos del Infante D. Juan Manuel y que uno de sus descendientes fue Seku Ture, cuyo nombre significa, negro de origen blanco, Presidente que fue de Guinea Conakry.

 

EL SEÑOR DE JÓDAR Y SU PARTICIPACIÓN EN LA REBELIÓN DE LOS MORISCOS.

En el libro “Historia del rebelión y castigo de los moriscos del reyno de Granada[54], se nos narra la presencia del señor de Jódar, Alonso de Carvajal, y sus vasallos en la guerra de Granada y rebelión de los moriscos, quedando confirmada la participación de Galdurienses en este momento, la cita corresponde al capítulo XXVI de la citada obra, que el autor lo titula: Como los Moros volvieron á cercar el castillo de Seron, y yendo á socorrerle Don Alonso de Carvajal, se le mandó que no fuese, y se volvió á su villa de Jódar. En el mismo se menciona como Aben Umeya acababa de ocupar todos los lugares del rio de Almanzora, “para hacer la guerra por aquella parte, recogió el mayor numero de gente que pudo, y se fue á poner en la sierra de Bacáres, y desde alli envió un alcayde llamado el Mecebe sobre el castillo de Seron: el qual le cercó con cinco mil Moros á diez dias del mes de Junio de este año con grandes regocijos y algazaras”. Se habla de cómo el alcaide Diego de Mirones envió un soldado á Baza, para que desde allí diese aviso al Rey y a Don Juan de Austria, acordando que Alonso de Carvajal, señor de Jódar, “juntase el mayor numero de gente que pudiese de sus deudos, amigos y vasallos, y hiciese aquel socorro”. Alonso de Carvajal iba de vuelta de Baza con mil quinientos arcabuceros, y ciento cincuenta caballos, así como muchos caballeros e hijosdalgos de Úbeda y de Baeza, “amigos y allegados de su casa”, no obstante después de muchas incertidumbres Juan de Austria escribió a Alonso de Carvajal, mandándole, que en lugar de acercarse a ese socorro, parase, y se volviese á su casa[55], así como que “agradeciese de su parte á la gente que llevaba la voluntad con que se habian movido á hacer aquella jornada: la qual convenia que parase por algunos respetos que habia parecido al consejo; y alcanzandole el correo en Cullar, una legua antes de llegar á Baza, se volvió bien desgustado, por no dexarle llegar á hacer el efeto para que habia salido”.

En la rebelión de los moriscos, el Rey ordenó a Alonso de Carvajal que[56] “haciendo otra junta de gente, como la que habia hecho para el socorro de Seron, fuese al partido de Baza”. Alonso de Carvajal, se gobernó tan bien con los del partido de Baza[57], “que siendo gente de quien menos seguridad se tenia, por haber andado la mayor parte de ellos alzados y en las sierras, los recogio en las iglesias pacificamente, metiendo gente de parte de noche en los lugares donde entendio que habia Moriscos sospechosos, y publicando, que les queria repartir trigo y bueyes con que sembrasen aquel año. Y con esto, y con mandar soltar libremente algunos Moriscos, que los soldados le traian presos, por haberlos encontrado que se iban con sus armas á la sierra, los aseguró de manera, que munchos de los que estaban ya allá se volvieron á sus lugares, y camino con ellos la vuelta de Albacete, donde habian de ir conforme á su instrucción”.

Alonso de Carvajal fue el cuarto hijo de Diego de Carvajal, y el séptimo señor de Jódar, Tobaruela, Bélmez, Villarín, Pesquera y La Alameda. Fue el primero de la familia que podemos afirmar con seguridad, que nació en el castillo de Jódar[58] siendo bautizado en su parroquia en 1520. Estuvo en Nápoles con el llamado Gran Capitán, al mando de la Compañía de caballos asignada a su familia y al volver a España luchó en Guadix y Baza contra los moriscos sublevados como hemos visto, por estos servicios se le nombró Caballero de la Orden de Santiago y por los últimos servicios Felipe II le concedió la encomienda de Montiel y Osa.

 

LOS CRISTIANOS NUEVOS DE JÓDAR

Cristiano nuevo es como se llamaban en España a las personas convertidas al cristianismo que antes habían practicado otra religión (judaísmo o islamismo), llevando este sobrenombre incluso varias generaciones después de la conversión de sus antepasados.

Para José Manuel Molina[59]: “…A raíz de la conquista del reino de Granada por los reyes católicos y la puesta en vigor de las capitulaciones, se adopto una aptitud tolerante con la población musulmana que continua establecida en estas tierras, de inmediato comienza una labor de adoctrinamiento que desembocan en conversiones masivas, las medidas empleadas no respetaron en todo su alcance las clausulas de la capitulación, la respuesta será una postura de fuerza, la rebelión del Albaicín sofocada en 1501. Este hecho es el inicio de otras pragmáticas anulantes de las libertades y prebendas otorgadas que finalizaran en 1567, año en el que se prohíbe a los moriscos y las costumbres propias. La respuesta por parte de este grupo se produjo al año siguiente: la revuelta de la Alpujarra…”.

Se sublevaron el 24 de Diciembre de 1568, tras dos años de lucha se decidió suprimirlos, en 1570 se procedió a la expulsión de los del reino de Granada acusándoles de todo tipo de prácticas o prebendas musulmanas, como el ayuno, la ablución, la oración, la limosna y la peregrinación a la Meca. A pesar de que en 1499 el Cardenal Cisneros consideró necesarias las conversiones forzosas o el marchar al destierro. 

Los moriscos o judíos que quedaron en Jódar se debieron de convertir al cristianismo, pues se conservan numerosas partidas en los libros de desposorios del archivo parroquial de La Asunción de Jódar. Por las normas dadas en otras cercanas poblaciones[60] sabemos que las mujeres moriscas en sus bodas cristianas no podían ir tapadas, y que en la Iglesia los moriscos permaneciesen aparte del resto, para ser observados, quedando las mujeres sentadas en el suelo de la Iglesia y los hombres separados de ellas, cuidando de que no fuesen maltratados por las gentes en las colas de espera para acceder a hornos, carnicerías y tiendas.

Dice el historiador Sáez Gámez[61] que a los moriscos les gustaba asentarse en villas de Señorío, abundantes en agua y con grandes huertas, quedando muchos como esclavos, siempre que estuviesen bien “herrados”, con buena dentadura, cicatrices identificativas y no tuviesen vicios como los del alcohol, describiendo sus tonos de piel como “negro atezado, membrillo cocho, aceituno…”.

En el archivo de la parroquia de La Asunción hemos estudiado las partidas de matrimonio de muchos cristianos nuevos, las mismas comienzan en 1591 y son estas: la primera de ellas corresponde al año 1591 cuando el licenciado Lope de Chinchilla desposa el 18 de febrero[62] a Juan Rubio con Isabel de Harana, que apostilla eran cristianos nuevos, los cuales “…confesaron y saben la doctrina xpiana…”, siendo testigo del enlace el Licenciado Soria y el Beneficiado Hortuño. El día 25 de febrero[63] de ese año contraen matrimonio Lorenzo del Corral, que era vecino de Garcíez, con Isabel Jiménez, vecina de Jódar, ambos también eran calificados de cristianos nuevos, como también lo fueron Antonio de Ortega, vecino de Úbeda, y Ana de Aponte, de esta Villa, que contrajeron matrimonio el 29 de abril[64]. El 28 de agosto de 1592[65] el Beneficiado Diego Mellado celebró el enlace de Luis de la Cueva, hijo de Hernando de la Cueva y de Luisa Marquesa, hija de Francisco Marqués –ya difunto- y de María Marquesa, todos cristianos nuevos vecinos de Jódar.

El 19 de mayo de 1593[66] el Beneficiado Cristóbal de Hortuño, casó a los cristianos nuevos, Diego de Guzmán, vecino de Úbeda de la collación de San Isidoro, con Catalina Manrique, vecina de Jódar. El 29 de septiembre[67] de ese año el Licenciado Lope de Chinchilla hizo lo mismo con Andrés Hernández, viudo vecino de Baeza, y Beatriz de Haro, que también era viuda vecina de Jódar y ambos cristianos nuevos.

Igualmente el 17 de noviembre de 1593[68], Lope de Chinchilla, unió en matrimonio a Diego de los Cobos, hijo de Luis de Buendía, ya difunto, y de Sabina de los Cobos, con María del Agua, hija de García de Jaén y de María Hernández, todos cristianos nuevos, como los padrinos Francisco García e Inés de Moya, éstos dos últimos de Cambil. También el 24 de noviembre de 1594[69] contrajeron matrimonio los cristianos nuevos Francisco de Medina y María de Luna, siendo los padrinos Miguel García y Magdalena de la Cueva.

El 26 de abril de 1599[70] contrajeron matrimonio los cristianos nuevos Bernardino de Benavides, viudo, con Luisa Hernández, viuda, siendo sus padrinos Francisco Hernández y Águeda de Bargas, oficiando la ceremonia el Maestro Juan de Herrera. La última partida corresponde al 24 de octubre de 1601[71], en la que contrajeron matrimonio Luis de la Cueva Marqués, viudo, con Isabel de Ribera, cristianos nuevos, actuando como padrinos Fernando López Camanon e Isabel Gutiérrez, vecinos de la ciudad de Jaén, oficiando el Beneficiado Luis de Navarrete.

Creemos que la mayoría de estos cristianos nuevos de Jódar eran de religión judía, por los apellidos de los mismos que hemos encontrado en una interesante obra del profesor Luis Coronas[72], apellidos como Marqués, Marquesa, Gutiérrez, López, Enríquez, de Jaén, de la Cueva… son frecuentes en Baeza y Jaén, también es de destacar la frecuencia de matrimonios entre viudos.

            Este señalamiento en la documentación oficial, también lo encontramos en los libros de Testamentos y Sepelios de la Parroquia de La Asunción, donde encontramos algunos apelativos a estos vecinos. El 23 de agosto de 1619[73] fallece Lucas de Vilches, del que se dice que era “moro” y criado de Fernando de Albanchez. El 4 de febrero de 1620 fallece Susana de Carvajal[74], mandando la Marquesa de Jódar que se le dijesen 30 misas, en las inscripciones de sepelios de comienzos del siglo XVII encontramos apellidos poco comunes en nuestra ciudad, pero no se especifica en ellos ascendía conversa alguna. Encontramos a Catalina de Molina, a la que se denomina como “gitana”, era descendiente de moriscos, falleció el 11 de octubre de 1635[75]. El 7 de diciembre de 1635[76] se enterró en la Iglesia de Santa Isabel a un pobre de solemnidad llamado Diego de Carvajal. El 30 de diciembre de 1641 se enterró en la Iglesia de Santa Isabel a Benito “El Negro”[77], que dicen era natural de Mallorca, juntándose de limosna para su entierro “seis reales y un chabo”.

La presencia de ciudadanos portugueses, por lo general judíos[78], la encontramos en 1647, cuando el 5 de diciembre[79] se entierra en Santa Isabel a Antonio Díaz, que era natural de Coimbra, de esta misma ciudad se enterró otro pobre el 4 de diciembre de 1649[80]. En 1652[81] se enterró en Santa Isabel a un criado de Jorge de Herrera, llamado Juan.  El 27 de junio de 1656[82] se enterró a Ana de Soto “La gitana” en la Iglesia de Santa Isabel. El 6 de octubre de 1660[83] falleció Ana López, criada del Grumo.

            También hallamos datos donde se menciona la existencia de esclavos, así el 1 de febrero de 1627[84] se entierra en la ermita de Santa Isabel a Gracia, que era esclava de Fernando de Gámez,  a la que se le dijo una Vigilia y una misa, hay una anotación en la inscripción que dice: “no se dicen misas porque su amo respondio que basta perder su esclava”, encontrando alguna que otra escritura de compra de esclavos en el archivo de protocolos de Úbeda. La ermita de Santa Isabel[85] era el lugar destinado para enterramiento de gitanos, moros, esclavos, gentes de mal vivir, fallecidos por acciones violentas, caminantes, además de los devotos del Santo Cristo de la Misericordia.

            En Jódar, como en la mayoría de las poblaciones, se crearon los cargos de los llamados Familiares del Santo Oficio de la Inquisición, cuya misión era el de ser los espías de esta institución en cada lugar, así en los años veinte y treinta del siglo XVII lo era Jorge de Hortuño, que falleció en 1639.

 

LA LIMPIEZA DE SANGRE Y EL SACERDOTE ACUSADO DE ASCENDENCIA JUDÍA.

La condición de cristiano viejo debía ser acreditada con siete partidas de bautismo: las correspondientes al aspirante, sus padres y sus cuatro abuelos, para el ingreso en muchas instituciones y profesiones. Era este un concepto ideológico que pretendía designar al fragmento más grande de la población durante todo el Antiguo Régimen, reconociéndose así una condición social alejada de la marginalidad, de ahí proviene la frase de ser cristiano “por los cuatro costados”, siendo en muchos casos imaginarias estas genealogías que abarcaban la antigüedad según pesase la bolsa del soborno.

Peor era el estatuto de limpieza de sangre, por el que se debería de demostrar documentalmente y con testigos la pureza de ascendencia, con el fin de aspirar a mejores puestos sociales, debiendo demostrar esta limpieza la ascendencia de los padres del solicitante, hecho que llevó a las instituciones españolas a enfrentarse con el Papado, ya que “presuponían que ni siquiera el bautismo lavaba los pecados de los individuos”, algo muy contrario a la doctrina cristiana, como vemos.

Pues bien, a todo esto debió de enfrentarse el Presbítero maestro Francisco Fernández de Rivera[86], sacerdote[87] de la Iglesia de Santa María de Jódar y natural de Jaén, cuando solicitó la plaza de Notario del Santo Tribunal en 1612, que no se aprueba, debido a su imputación de notoria ascendencia de judíos, pleito que el pretendiente no deja sobreseer y lo mantiene durante 20 años, para demostrar su limpia ascendencia.[88]

En efecto, iniciadas las informaciones en la ciudad de Jaén, recusa por enemistad al ministro del Santo Oficio que había sido comisionado, ordenando los inquisidores de Córdoba se acompañe el mismo de otro ministro de Torredonjimeno, no conociendo si la causa se siguió en Jaén; se sabe que ese año en Vélez Málaga, patria de los abuelos maternos, se encomendaba la búsqueda a otro comisario, con sentencia desfavorable, remontándose a los bisabuelos y rebisabuelos, con informaciones tomadas del libro de genealogías del Obispado de Málaga a nombre de Pedro Fernández de Lucena, hermano del bisabuelo materno-materno, a la vista de todo esto en octubre de 1612, el fiscal del tribunal cordobés afirmó que “es confesso notorio por muchas partes, y que no sólo no se le deve dar lo que pretende, pero que deve ser castigado por su atrevimiento del que se puede presumir muy mal, porque es tanto confeso como le toca, y tanta notoriedad parece imposible que el no lo supiese…”.

Después de esta sentencia es citado el maestro Fernández, el cual presenta un Memorial querellándose de sus enemigos, exculpando a su familia, y reconociendo que en ella hubo un condenado, aportando un árbol genealógico y un interrogatorio con testigos, siendo reprobadas las informaciones por los inquisidores de Córdoba en diciembre, no tomando medidas contra el maestro. En noviembre de 1615, se enviaron al Consejo las informaciones recogidas en Jaén, devueltas en diciembre sin tomar decisión alguna. En 1616 el Maestro dirige otro Memorial a Córdoba, alegando padecimiento de su honra, acusando al tribunal de no mover el asunto, por autos de este Consejo de 1626 y 1627 se ordena a los Inquisidores hiciesen justicia con lo que tenían ordenado. Insistiendo nuestro sacerdote todavía en 1630 ante el Consejo, que ordena la instrucción de informaciones de expedientes de limpieza de sangre que acompañaba, unidos a siete piezas de documentos probatorios, en septiembre el Consejo da veredicto diciendo que la documentación presentada no era relevante.

Sin desanimarse Francisco Fernández ese mismo año presenta nuevo Memorial en el mes de octubre, pidiendo que se sumasen a sus informaciones las de sus parientes, volviendo a solicitar ese mismo año el cargo de calificador del Santo Oficio en el tribunal de Murcia, expedido en 1629, y con nombramiento de 1626 a favor de su padre, presentado por fray Fernando Navarro de la Orden del Carmen, primo hermano del pretendiente. En mayo de 1631, Bartolomé de Rivera, hermano del Prior, insiste en realizar segundas pruebas, presentando un nuevo Memorial del hermano con excepción de testigos por enemistad. Finalmente en julio, octubre y diciembre de 1631 el Maestro recurre  al Consejo, que solicita nuevamente las informaciones y un Memorial del estado en que se encontraba el asunto.

La última fecha diligenciada corresponde a 1632, con un borrador de los anteriores acuerdos, sin que sepamos el final de esta peculiar historia. Eran abuelos del pretendiente o presbítero que fue de Jódar: Francisco Rivera y Leonor Gutiérrez vecinos de Jaén y por línea paterna, la abuela materna era Ana de Castro, también de esta ciudad.

 

CONCLUSIÓN

Los habitantes de Jódar desde el propio siglo VIII, con la ocupación islámica, vivieron el problema de la marginación social, por problemas religiosos y culturales, convirtiéndose nuestra zona en foco de revueltas muladíes, que llevaron a dominar buena parte de la Cora de Jaén,  con la conquista castellana en el siglo XIII se erige en señor de la zona Sancho Martínez de Xodar, que mediante pactos controla a la población morisca, hasta que las revueltas y cabalgadas en estas tierras de la frontera, hacen que sean expulsados, quedando reducidos a grupos marginales, muchos de ellos dedicados a la construcción, como la del castillo de Jódar por Hamete de Jaén, iniciándose el pago de impuestos, los diezmos, sobre el comercio de la zona que en tiempos de tregua fue muy intenso. Este despoblamiento de morisco, hizo que el rey Alfonso X concediese el llamado “Fuero de Jódar” para promover la repoblación castellana de Jódar.

Con las revueltas moriscas de comienzos del siglo XVI, una vez conquistado el reino granadino, se inicia una nueva política de acoso y presión fiscal, promovida desde el Estado y auspiciada desde la Iglesia con la creación de la Inquisición, que fomentó las conversiones masivas, la aparición de los llamados cristianos nuevos, y la persecución de los practicantes judíos e islámicos, con severos juicios y penas, creando una sociedad del miedo a la denuncia. Jódar participó en estas revueltas con el envío de tropas a las Alpujarras granadinas, encabezadas por su señor Alonso de Carvajal, que fue distinguido por sus hazañas, igualmente muchos Galdurienses repoblaron pueblos de esta zona de Granada. Muchos moriscos y judíos deportados de Jódar, en torno al centenar, pasaron a Valladolid, y otros cruzaron el estrecho para asentarse en Tetuán o Argelia, conservando aún en la actualidad su apellido sawdarí.

El trabajo nos muestra los enlaces matrimoniales de los llamados cristianos nuevos, en su mayoría judíos, y la marginación que vivieron hasta bien entrado el siglo XVII, incluso un sacerdote de la Parroquia se vio envuelto en un proceso inquisitorial por su ascendencia judía.

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[1] ALCALÁ MORENO, ILDEFONSO: “La lápida mozárabe de Jódar”. Revista Cultural “Saudar” Nº 74. Octubre 2005. Pag. 14 a 19. Asociación cultural “Saudar”. Datos tomados del BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. Julio-Septiembre 1899. Cuadernos I-III. Págs. 203-04. Sección Noticias. Dice el autor que se le entregó por Luis Blanco Latorre una copia fotográfica de la citada inscripción. San Eulogio se hallaba en San Salvador de Leire, hacia el año 848, cuando tomó de un códice de aquel monasterio celebérrimo la noticia que vemos grabada en el monumento de Jódar. Iba esta noticia acompañada de otra, referente á dos basílicas erigidas ó ampliadas durante el reinado de Sisebuto, que debe abrir camino á exploraciones arqueológicas, así en Toledo como en las Cuevas de Lituergo, donde estuvo Iliturgis. No lejos de ellas, Bailén ha dado algún contingente á la epigrafía visigótica, lo propio que Toya (Tugia) y la Torre de Ninches, ya poco distante de Jódar. Cita a MIGNE, Patrología latina, tomo CXV, col. 859. París, 1852.-España Sagrada, t. V, pág. 242. Madrid, 1859 y a los códices Emilianense y Complutense (Migne, ibid., columna 909), y parece dimanar de una biografía de Mahoma, trazada por autor cristiano en el siglo VIII; la cual, por lo visto, dejó largo rastro de sí, no solo en el Norte y en el centro, sino en el Mediodía de la Península.

[2] MENÉNDEZ PIDAL; R.: “Primera Crónica General”, Madrid 1945. Pág. 720.

[3] MENÉNDEZ PIDAL, R.: “Primera Crónica General”, Vol. II, Pág. 720.

[4] ALCALÁ MORENO, ILDEFONSO: “El problema del corto término municipal de Jódar. Un problema surgido en la época de la Frontera”. Sumuntán: anuario de estudios sobre Sierra Mágina, Nº. 15, 2001 , págs. 75-89

[5] CÓDICE GÓTICO (Siglo XIII), págs. 99-101. Op. Cit. por OLMO LÓPEZ, ANTONIO: “Las subbéticas Islámicas de Jaén y Granada. Evolución territorial. De los antecedentes romanos a la conquista cristiana”. Instituto de Estudios Giennenses. Colección “Investigación”. Diputación Provincial de Jaén. Jaén 2001. Pág. 280.

[6] RODRÍGUEZ MOLINA, J.: “El reino de Jaén en la Baja Edad Media. Aspectos demográficos y económicos”. Granada 1978.

[7] MEDINA VICIOSO, VICENTE: “Sobre la identificación de Sumuntan y otras cuestiones históricas fronterizas. La rebelión muladí contra el califato en la Cora de Jaén”. Barcelona 1992. Pág. 31. Cita la Crónica General.

[8] MEDINA VICIOSO, VICENTE A.: “Sobre la identificación…”. Pág. 43-44.

[9] MESA FERNÁNDEZ, NARCISO: “Historia de Jódar”. Asociación Cultural “Saudar” – Ayuntamiento de Jódar. Úbeda 1996. 

[10] QUESADA QUESADA, TOMÁS: La serranía de Mágina en la baja Edad Media: (una tierra fronteriza con el reino nazarí de Granada) / Granada: Universidad, 1989. Pág. 103. Cita a ROUDIL, JEAN: “El Fuero de Baeza. Edición, estudio y vocabulario”. La Haya, 1963. Pág. 25-26.

[11] El Fuero de Jódar, se encuadra dentro de la fase de consolidación de la clásica repoblación concejil, fue dado en Murcia el 12 de abril de 1272, estando Alfonso X residiendo en esa ciudad, este Fuero de Cuenca o Fuero Real, fue dado a pesar de las quejas y sublevaciones nobiliarias del anterior año. El Fuero en síntesis, daba libre posesión de sus heredades, exención de pechos, excepto en las reparaciones de las murallas y castillo, exención de lo anterior a los caballeros de cuantía, exención de portazgo y montazgo al sur del Tajo, excepto Toledo, Sevilla y Murcia, libre posesión de pesos y medidas en la casa de la morada, apropiación del quinto de los ganados ajenos que entrase en el término de la Villa, prohibición de que las heredades de realengo pasasen a la Iglesia y atribución de la sexta parte de los pechos y pedidos reales en la Villa, o alternativamente, exención de todo el pecho real repartido en el Reino de Jaén. En 1286 el rey Sancho IV eximió a Jódar de moneda forera y servicios de ganados. Estos privilegios no hicieron sino poblar la Villa. A partir del siglo XIV Jódar recibe el llamado “Privilegio de Homicianos”, Juan I lo concede en 1379 basado en el de Alcalá la Real, que suponía “el indulto por los delitos contra la vida humana, cuando se estableciese el delincuente en la zona que se quería repoblar”, llevando aparejado el mismo indulto para los deudores insolventes y adúlteros, en general para todos los delitos.

Para los historiadores este hecho supuso la presencia importante de personal de este tipo, para la defensa de la Frontera, pero también motivo de graves perturbaciones sociales. Este Privilegio de Homicianos fue suprimido en la confirmación de 1549 por el rey Carlos I, ya que pasada la guerra con Granada, este privilegio sólo servía para acoger gentes de mal vivir, que campaban libremente acogiéndose a éste privilegio de asilo, finalizado el mismo se inicia una etapa de progreso económico y demográfico. Esta concesión del Privilegio de Homicianos la hacía también libre del pago de alcabalas, factor que jugaría un papel fundamental en su historia hasta el siglo XVIII, y motivo de disputas y pleitos con el Marqués. PORRAS ARBOLEDAS, PEDRO A.: “La Organización militar y social de la Frontera Jiennense en la Edad Media”. Actas del III Coloquio de Historia Medieval Andaluza. La sociedad medieval andaluza: Grupos no privilegiados”. Instituto de Cultura. Diputación Provincial. Jaén 1984.

[12] QUESADA QUESADA, TOMÁS: “La serranía de Mágina…”. Pág. 104. Cita a GONZÁLEZ, J.: “El reinado de Fernando III”. Volumen I. Pág. 415. Y “El Repartimiento de Sevilla”. Volumen I, Pág. 325. Igualmente cita a M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ “Orígenes de Andalucía…”. Pág. 268

[13] ORTIZ DE ZÚÑIGA, DIEGO:Annales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla…. Imprenta Real. 1795. Pág. 255.

[14] MESA FERNÁNDEZ, N.: Historia de Jódar

[15] QUESADA QUESADA, TOMÁS Y MOTOS GUIRAO, ENCARNACIÓN: “Las modificaciones en el hábitat en el sur de la provincia de Jaén, tras las conquistas castellanas del siglo XIII”. III Congreso de Arqueología Medieval Española: actas. Universidad de Oviedo, 1992.

[16] CÓDICE GÓTICO (siglo XIII) de la catedral de Jaén. Ob. Cit. OLMO LÓPEZ, ANTONIO. “Las subbéticas…”. Pág. 340

[17] QUESADA QUESADA, T.: “La serranía de…”. Pág. 249. Cita a IBN ABI ZAR` en “Rawd al-Qirtas”. Pág. 597.

[18] El almojarifazgo fue un impuesto aduanero que se pagaba por el traslado de mercaderías que ingresaban o salían del reino de Castilla o que transitaban entre los diversos puertos (peninsulares o americanos), equivalente al actual arancel.[

[19]TORRES DELGADO, CRISTÓBAL: “Acerca del diezmo y medio diezmo de lo morisco”. Privilegio carta sentencia de Juan II a favor del Cabildo de Córdoba. Dado en Segovia, 18 de Noviembre de 1427. A.C.C.> Cajón O, núm. 105.  “… se refiere fundamentalmente a un conjunto de rentas de variada naturaleza perteneciente al rey. Su nombre era «general, el qual auía giertas especies e partes que so él se concluya, conuenia a saber el diesmo del diesmo e medio de lo morisco, e el portadgo de los pannos e mercadunas e otras cosas de que se pagaba almojarifazgo…”. “…diezmo de los ganados e otras mercadurias vulgarmente dizen llamado morisco…”.

[20] CÓDICE GÓTICO (siglo XIII) de la catedral de Jaén.  Pág. 102. Ob. Cit. OLMO LÓPEZ, ANTONIO. “Las subbéticas…”. Pág. 281.

[21] Restos conservados en el “Museo de Jódar”.

[22] Op. Cit. por MEDINA VICIOSO. Pág. 55.

[23] COLECCIÓN SALAZAR Y CASTRO. Real Academia de la Historia. Extracto del Privilegio de Alfonso X, el Sabio, por el que dona a don Bretón los lugares de Chincoyar y Seble, que antes había dado a Sancho Martínez de Jódar. Burgos. 1276.07.14 (1314). D-1, fº 148 v. Nº 19925 del inventario.

[24] TORRES DELGADO, CRISTÓBAL: “Acerca del diezmo y medio diezmo de lo morisco”. Privilegio carta sentencia de Juan II a favor del Cabildo de Córdoba. Dado en Segovia, 18 de Noviembre de 1427. A.C.C. Cajón O, núm. 105.

[25] COLECCIÓN SALAZAR Y CASTRO. Real Academia de la Historia. 1465.10.22. Porcuna. Copia de la misma letra y archivo que las anteriores. M-91, fº 279 v. a 280 v. Nº 56183 del inventario.

[26] COLECCIÓN SALAZAR Y CASTRO. Real Academia de la Historia. 1467.10.14. Almagro. Copia de la misma letra que la anterior, obtenida del archivo de los duques de Frías. M-93, fº 144 v. a 145. Nº 56438 del inventario. “…El diezmo e medio diezmo de lo morisco y castellano del Puerto de la Villa de Quesada de lo que entra y sale a tierras de moros…” y “…El derecho del diezmo e medio diezmo de lo morisco e castellano que por el Puerto de Jaén entra y sale al Reino de Granada y lo a ello anejo e dependientes…”.

[27] COLECCIÓN SALAZAR Y CASTRO. Real Academia de la Historia. Sin fecha. Inscripción puesta en la puerta del castillo de Jódar, que dice fue fabricado por Garci Méndez de Sotomayor y empezada su construcción en la era de MCCCLXVI, (año 1328). Siguen noticias de los diversos poseedores de este castillo y villa. Autógrafo de Salazar. M-95, fº 40 y 40 v. Nº 56544 del inventario.

[28] Índice de la Colección de D. Luis de Salazar y Castro. M-95, fº 40 y 40 v.

[29] VIDAL CASTRO, FRANCISCO: “Jódar árabe II: Etimología preárabe y migraciones”. Sumuntán: anuario de estudios sobre Sierra MáginaNº. 6, 1996. Pág. 136. Hace referencia a la obra de VILLANUEVA RICO, MARÍA C.: “Libros de habices de Granada U. Habices de las mezquitas de la ciudad de Granada y sus alquerías”. Instituto Hispano-árabe de Cultura. Madrid 1961. Pág. 167.

[30] GÁMEZ SÁEZ, MARIANO: “Los moriscos (una aproximación a su presencia en Jimena)”. En Sumuntán, nº 1. Colectivo de Investigadores de Sierra Mágina. Jaén, 1992, pág. 104-105.

[31] RAMOS DE CASTRO, GUADALUPE: Juderías de Castilla y León. Fundación “Ramos de Castro” para el estudio y la promoción del hombre. Zamora, 1988. La profesora Guadalupe Ramos en su libro sobre las juderías de Castilla dice que “He constatado que a estas juderías (las abandonadas por los judíos tras el Decreto de expulsión de los RRCC en 1492), se les da el nombre de Barrionuevo”.

[32] MESA FERNÁNDEZ, N.: Historia de Jódar

[33] GÁMEZ SÁEZ, MARIANO: “Los moriscos…”. Pág. 105-108.

[34] ARRIBAS, MARIA SOLEDAD: "Deportación de los moriscos de Torres a la ciudad de Valladolid en 1572. Fuentes Documentales". En Sumuntán, nº 1. Colectivo de Investigadores de Sierra Mágina. Jaén, 1992, pág. 35-46.

[35] ARRIBAS, MARIA SOLEDAD: "Deportación de los moriscos…”. Pág. 39.

[36] ARRIBAS, MARIA SOLEDAD: "Deportación de los moriscos…”. Pág. 40-42.

[37] LAPEYRE, HENRI: Géografía de la España morisca. Volumen 4 de Història i societat”. Diputació Provincial de València, 1986. Pág. 156 y 172.

[38] ALCALÁ MORENO, ILDEFONSO: “Los nombres de Jódar y los “otros” Jódar. ¿Galdurienses o Jodeños?. Revista Cultural “Saudar” Nº 88. Junio 2009. Asociación Cultural “Saudar”.

[39] VIDAL CASTRO, FRANCISCO: “Sierra Mágina dividida: Formación y desaparición de la Frontera Nazarí”. Sumuntán: anuario de estudios sobre Sierra Mágina, Nº. 15, 2001. pág. 16.

[40] MEZRAHI, CLAUDE: Les secrets et trésors cachés des noms de famille juifs: dictionnaire étymologique des noms de famille juifs: origine, signification, histoire”. A.J. Presse, 2001. Pág. 224. Y también: EISENBETH, MAURICE: “Les Juifs de l"Afrique du Nord: démographie & onomastique. Ouvrage honoré d"une subvention du Gouvernement général de l"Algérie” Imprimerie du lycée, 1936. Pág.: 177.

[41] EBERENZ, ROLF  Y AGOSTINHO-DE LA TORRE, MARIELA: “Conversaciones estrechamente vigiladas: interacción coloquial y español oral en las actas inquisitoriales de los siglos XV a XVII”. Volumen 14 de Hispanica helvética. Libros Pórtico, 2003. Pág. 190. Hace referencia a la obra “Historia de los alumbrados (1570-1630)” de ÁLVARO HUERGA. Pág. 483.

[42] HUERGA, ÁLVARO: “Historia de los alumbrados (1570-1630)”. Fundación Universitaria Española, Seminario Cisneros, 1978. Pág. 483.

[43] ORTIZ DE MONTALVÁN, GONZALO:Catálogo XIII.: Registro general del sello, años de 1435-1477”, Volumen 12. Imp. Católica, 1935. Pág. 740.

[44] MESA FERNÁNDEZ, N.: Historia de Jódar… En las Relaciones Topográficas se dice: “esta villa tiene seiscientas casas poco más omenos, y quinientos cincuenta vecinos poco más o menos, habitantes en ella y que en el tiempo de las Comunidades, había solamente hasta doscientos vecinos poco más o menos y después acá han crescido los demás por que en el término de dha villa ha habido labor y comodo para poder sustentarse y crescer la dha villa.”.

[45] RUIZ PÉREZ, RICARDO: “Aldeire y otros altiplanos”. Diario “Ideal”.

[46] BAÑUELOS ARROYO, ÁNGEL: “Repoblación y demografía del concejo de Cástaras y Nieles”. Asociación Cultural de Cástaras y Nieles, 2008. Pág. 14 y 17.

[47] RUIZ PÉREZ, RICARDO, RUIZ PÉREZ, RAFAEL: La repoblación de Dólar después de la expulsión de los moriscos, 1571-1580. Excma. Diputación Provincial de Granada, 1985. Pág. 50 a 52.

[48] SÁNCHEZ GARCÍA, MANUEL: “Los señores de Gor (III)”.Pág. 6.

[49] MESA FERNÁNDEZ, N.: Historia de Jódar… Decía: “Acaba de aparecer un libro "Las Españas perdidas", escrito por el docto Profesor de la Universidad de Granada Sr. Villar Roso sobre un tema que puede interesar a nuestro pueblo”.

[50] DIAZ PRIETO, MANUEL: “Trece meses de sabiduría africana. Tras las huellas de los grandes exploradores. La ruta de los exploradores”. Diario “La Vanguardia”. Edición del miércoles, 05 abril 1995, página 3. Yuder Pashá. Almería 1591. De niño fue secuestrado y vendido a los árabes, pasando a servir en la corte del sultán Al-Mansur. Adquirió el rango de bajá y se le conoció a partir de entonces como el bajá de Yawdar. Partió de Marraquech con un ejército de 22.000 hombres hasta el río Níger, conquistando todas las ciudades a su paso.

[51] ALGERIA, H. MIRCHER, CHARLES LUDOVIC MARIE DE POLIGNAC, F. VATONNE, AUGUSTE HOFFMANN: “Mission de Ghadamès, sept., oct., nov. et déc. Rapports officiels et documents à l"appui…”. Año 1863. Pág. 189.

[52] DIADIÉ HAÏDARA, ISMAEL: El Bajá Yawdar y la conquista saadí del Songhay (1591-1599)”. Instituto de Estudios Almerienses. 1993. Pág. 25.

[53] DE LA CAL, JUAN CARLOS: Los Esteve... que acabaron negros...”. Andaluces en el río Níger. Boletín nº31 - octubre 2004. http://www.islamyal-andalus.org/oct04/los_esteve.htm.  La historia nos dice que en octubre de 1590, un ejército «hablando el castellano, compuesto de 4.000 granadinos, 500 europeos, 60 cristianos, 1.500 caballeros árabes y 1.000 auxiliares camelleros con 8.000 camellos llevando las provisiones y el material de guerra salieron de Marraquech y atravesaron el desierto...» Aquel ejército, el primero que osó cruzar las dunas del Sahara con cañones, caballos y arcabuces tenía un sueño: crear una nueva Andalucía a orillas del mítico río Níger, que entonces evocaba las fértiles y añoradas tierras bañadas por el Guadalquivir. A su mando iba un tal Diego de Guevara, «hombre de ojos azules» y miembro de una acomodada familia morisca del pueblo almeriense de Cuevas de Almanzora, que fue expulsado de España junto a un grupo de hombres, pasando a ser más tarde Caïd de la ciudad y, posteriormente, Pachá de su ejército. Así, el almeriense pasó a la historia con el nombre de Pachá Djouder. En su peregrinaje fue a parar a la entonces floreciente ciudad de Marraquech -de la que luego tomaría su nombre el hoy Reino de Marruecos-, dominada por una nueva dinastía que ambicionaba entrar en el juego de las grandes potencias conquistando el imperio Songhay, sucesor del de Malí, la mayor agrupación política conocida en el occidente africano. Sus emperadores controlaban el oro producido en el Sudán, la sal (artículo de primera necesidad en el desierto) y los esclavos, cuya demanda era constante en el mundo islámico.

[54] DEL MÁRMOL CARVAJAL, LUIS: Historia del rebelión y castigo de los moriscos del reyno de Granada. Sancha, 1797. Pág. 96 y 97.

[55] Le supuso un gasto de veinte mil ducados.

[56] DEL MÁRMOL CARVAJAL, LUIS: Historia del rebelión…”. Pág. 440.

[57] DEL MÁRMOL CARVAJAL, LUIS: Historia del rebelión…”. Pág. 442.

[58] MESA FERNÁNDEZ, N.: Historia de Jódar

[59] MOLINA CARRILLO, JOSÉ MANUEL: “Los moriscos y registro de cristianos nuevos en Carcabuey”. http://www.elanillo.com/documentos/Moriscos.doc.

[60] GÁMEZ SÁEZ, MARIANO: “Los moriscos…”. Pág. 104-105.

[61] GÁMEZ SÁEZ, MARIANO: “Los moriscos…”. Pág. 105

[62] Archivo Parroquial de La Asunción de Jódar (A.P.A.J.). Libro II de Desposorios. Pág. 21.

[63] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 21.

[64] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 21.

[65] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 34.

[66] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 38.

[67] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 41.

[68] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 42.

[69] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 49 vuelta.

[70] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 74.

[71] A.P.A.J. Libro II de Desposorios. Pág. 89 vuelta.

[72] CORONAS TEJADA, LUIS: “Los judíos en Jaén”. Universidad de Jaén. Diputación Provincial. Colección “Jaén en el bolsillo”. Jaén 2008.

[73] A.P.A.J. Libro III de Sepelios. Inscripción de 23 de agosto de 1619.

[74] A.P.A.J. Libro III de Sepelios. Inscripción de 4 de febrero de 1620.

[75] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 11 de octubre de 1635.

[76] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 7 de diciembre de 1635.

[77] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 30 de diciembre de 1641.

[78] CORONAS TEJADA. LUIS: “Presencia de los judíos en la comarca de Sierra Mágina”. En Sumuntán, nº 6. Colectivo de Investigadores de Sierra Mágina. Jaén, 1996, pág. 19.

[79] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 5 de diciembre de 1647.

[80] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 4 de diciembre de 1649.

[81] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 16 de julio de 1652.

[82] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 27 de junio de 1656.

[83] A.P.A.J. Libro IV de Sepelios. Inscripción de 6 de octubre de 1660.

[84] A.P.A.J. Libro III de Sepelios. Inscripción de 1 de febrero de 1627.

[85] ALCALÁ MORENO, ILDEFONSO: “El Hospital de la Misericordia de Jódar: modelo asistencial para pobres transeúntes. La pobreza en la antigua Villa de Jódar durante el siglo XVII”. En Sumuntán, nº 1. Colectivo de Investigadores de Sierra Mágina. Jaén, 1992, pág. 13.

[86] MARTÍNEZ BARA, JOSÉ ANTONIO: “Catálogo de Informaciones genealógicas de la Inquisición de Córdoba conservadas en el Archivo Histórico Nacional”. Dirección General de archivos y bibliotecas, Diputación Provincial de Jaén e Instituto de estudios Giennenses. Madrid 1970. Págs. 285 a 287.

[87] Otros lo nombran con el cargo de Prior, pero no hemos encontrado referencias a que lo fuese. ALCALÁ MORENO, ILDEFONSO: “Jódar. La Iglesia de la Asunción: Arte e historia. Patrimonio cultural de Sierra Mágina”. Colección de Temas Galdurienses Tomo II. Asociación Cultural “Saudar”. Úbeda 2006.

[88] MESA FERNÁNDEZ, N.: Historia de Jódar… “Más curioso es el caso del que era Prior (Párroco) en 1612 que solicitaba que se le nombrase Notario del Santo Tribunal. Era natural de Jaén, al parecer hijo de un sastre allí establecido y franciscano. Todos los testigos coinciden en que sus antepasados eran conversos y alguno penitenciado, lo que dio lugar a uno de los expedientes más curiosos que se conservan de la Inquisición de Córdoba. Todavía en 1636 cuando ya el Mtro. Francisco Fernández de Rivera residía en Jaén se presentaban documentos e inclusive una Ejecutoria de nobleza expedida a algunos familiares”.