Apenas pasado San Andrés y cercana la Purísima en todas las casas se vivía pensando en la Navidad, en realidad, las fiestas empezaban el día de la Purísima, aquella imagen de la virgen de la Aurora que presidía su capilla en el Santo Cristo era sacada en procesión el día 8 a la Parroquia acompañada de la Hermandad y de la Banda de Música. Hacía tantas paradas en las puertas como lo solicitaban, mientras tanto se cantaban Avemarías y Salves, en la Parroquia y colocados los cofrades ante el altar de Ánimas se cantaba el “alabao” que consistía en Salves, Avemarías y Villancicos, y el día de Santa Lucía de cinco a seis de la mañana, salían los hermanos de la Aurora, acompañados por la música, por nuestra gran Banda Municipal de Música de la que el pueblo se enorgullecía, pues era muy aficionado a la música.Comenzaban ese día las llamadas “Munidas” acompañadas por Polito, Parra y otros; recorrían el pueblo despertando a los vecinos para que acudiesen a misa de 7 en la parroquia; en ella se cantaba una Misa pastorela muy bonita y villancicos. Al terminar la misa se rezaba en el Altar de las Ánimas un responso por los cofrades fallecidos, todo esto se repetía hasta el día de Nochebuena, saliendo al anochecer un hermano llevando un farol y otro un cepillo, pidiendo de casa en casa; en las que no se entregaba dinero, se daban alimentos, comida y especies, y una vez vuelta a la Parroquia, la “Munida” se solían subastar esas especies en la puerta de la Iglesia; cada noche ante el altar de las Ánimas se cantaba el “alabao”, colocándose dos hermanos dentro de las rejas de la Capilla y hacían un auténtico concurso de invenciones, uno de los más entusiastas era el Prior D. Juan J. Jiménez, acompañados de los Barroso y del llamado el Pelotón. El Prior era uno de los que inventaban estos villancicos o coplas.

La “Munida” llegaba hasta Nochebuena y el primer día de Pascua, el día de los Inocentes y sobre un banco de la plaza se subastaban las últimas especies recogidas.

En la Nochebuena, familias enteras acudían a la Parroquia, donde se mezclaban todas las clases sociales con zambombas, clarinetes, panderos y panderetas, durante la Misa todo marchaba bien, hasta el Canto de Gloria, porque al descubrir el pesebre, tapado por un velo, con poca satisfacción del Párroco, todos tocaban y cantaban con gran alboroto, y hasta una de las “niñas Juanas” se atrevían a entonar aquel villancico, poco ortodoxo:

“Sopas le dieron al niño

no se las quiso comer

y como estaban tan buenas

se las comió San José”.

La misa continuaba ya hasta el final, con poca tranquilidad, mientras Alejandrico, el Organista, y su hermano, Gabino, el sochantre animaba con villancicos.

Terminada la misa, era el propio párroco, el que se unía a los cantantes y se cantaba y bailaba saliendo de la iglesia, con el mismo ambiente y recogimiento por todas las calles de la ciudad.

El día de Reyes era costumbre regalar, no sólo a los niños, sino a los familiares, sirvientes y amigos con productos de la matanza del cerdo. Los niños disfrutaban al encontrar en los patios cuerdas llenas de morcillas, chorizos y otras exquisiteces del cerdo, pues se colgaban ristras de estos productos. Aunque la mayoría de niños se conformaban con alguna fruta, alguna onza de chocolate... y casi siempre con nada...

Actualmente las fiestas de navidad, además del alumbrado extraordinario, se conocen por las actividades culturales y conciertos que se celebran, así como la cabalgata de reyes magos que recorre la ciudad, en vistosas carrozas, lanzando caramelos y juguetes.

El folclores navideño estaba compuesto por:

Los Hermanos de la Aurora

cuando van por Andaraje,

llegan a casa la Rebeca

que les prepare un buen potaje.

En un “dornillo” de palo

les sacan el alfajor,

en un cuerno de aguardiente,

ira que cumplidos son.

Estribillo:

Dale por amor de Dios

limosna de caridad,

que es María concebida

sin pecado original.

A tu puerta hemos llegado

preguntando por la Cruz,

que nos des una limosna

porque ha nacido Jesús.

Estribillo

Si en este mundo no hubiera

tanto ruido ni trastorno,

se oirían gritar las almas

que están en el purgatorio.

Estribillo

El purgatorio está lleno

de arzobispos y priores,

que en el tribunal de Dios

no hay distinción de señores.